Al sur de O Forno de Catuxa está O Pedregal, un souto (bosque) de castaños, robles, y alcornoques, cerca del río Vilamoure. De ahí a As Raposeiras hay un paseo delicioso: árboles autóctonos, corredoiras o paseos entre ribazos. Tan evocadores, tan nuestros… Oirás el murmullo del agua de escorrentías que nutre fuentes de esas que matan la sed y las penas. Y luego se va al río, acompasada, tranquila.
Verás guaridas de zorros y rastro de lobos porque siguen viviendo y merodeando por aquí. Durante la noche acechan desde el bosque, pero evitan cruzar A Ponte do Medo, un límite natural que atraviesa el río Vilamoure y que solo traspasan cuando el hambre aprieta. Eso cuentan los antepasados. Y eso reviviremos, visitando el bosque frondoso y rememorando historias y tradiciones de la Galicia mágica.